La relación difundida a través de medios digitales sobre la responsabilidad de las redes 5G en la pandemia de COVID-19 tienen nulo sustento científico para considerarse como una línea de investigación para mitigarla.
La teoría de conspiración más popular actualmente en redes sociales afirma que la red 5G puede propagar al COVID-19. El problema es que esta información es totalmente falsa y está teniendo consecuencias graves en varios aspectos, desde agresiones hacia las personas que instalan las estaciones y la fibra óptica, hasta la quema y destrucción de torres de telefonía celular en todo el Reino Unido
Medios especializados y profesionales de la ciencia y la salud han desacreditado este mito, incluyendo a la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (Citel) que señala que no se ha encontrado efectos negativos para la salud derivados de las ondas de radiofrecuencia emitidas por los dispositivos y estaciones que emplean esta tecnología aún en desarrollo.
Aun así, innumerables grupos y figuras públicas continúan perpetuándolo, quienes han compartido contenido con sus fanáticos sugiriendo una relación entre las redes 5G y el nuevo coronavirus que causa la enfermedad COVID-19.
La radiación de la red 5G está en un rango muy bajo y no tiene ninguna relación con la pandemia por el nuevo coronavirus.
La diferencia entre 5G con generaciones previas de servicios móviles como 4G y 3G, es que las anteriores usan frecuencias de radio inferiores al rango de 6 GigaHertz, mientras que el 5G usa frecuencias más altas dentro del rango de 30 a 300 GigaHertz. Sin embargo, a esta frecuencia aún no tienen suficiente energía para romper enlaces químicos o eliminar electrones cuando entran en contacto con el tejido humano. Por lo tanto, este tipo de radiación se conoce como electromagnética no ionizante.
La radiación 5G puede entrar en contacto con la piel cuando ponemos un celular en nuestro oído para hacer una llamada, aquí es cuando estamos más expuestos a la radiación no ionizante. Pero esta exposición está muy por debajo del nivel de seguridad recomendado. La radiación 5G no puede penetrar la piel ni permitir que un virus lo haga. Por eso, no hay ninguna evidencia de que las frecuencias de radio 5G causen o exacerben la propagación del coronavirus.
En cambio, las tipo ionizantes, entre las que se encuentra la luz ultravioleta, los rayos X y la energía nuclear, en condiciones no controladas, si pueden dañar múltiples procesos en las células.
Las ondas de radiofrecuencia no pueden generar, interactuar, ni transmitir virus de ninguna manera
Debido a que la radiación y los virus existen en diferentes formas, mientras uno es un fenómeno biológico y el otro existe en el espectro electromagnético , la cubierta proteica del virus es incapaz de interactuar con las señales de radio 5G
Las ondas de radio 5G se denominan ondas milimétricas porque su longitud de onda se mide en milímetros, debido a que estas ondas son cortas, las torres de celdas 5G deben estar relativamente juntas a una distancia de aproximadamente 250 metros. Así, están organizadas como una colección de células pequeñas (una célula es un área cubierta por señales de radio), de tal forma que, para que una red 5G cubra un área geográfica más grande, se necesitan más estaciones base en comparación con 4G. Este aumento en el número de estaciones base, y su proximidad con los seres humanos, es un factor que puede generar temores infundados sobre los posibles impactos en la salud de 5G. Pero no, la 5G y el coronavirus no son amigos y debemos dejar de difundir este mito.
El nuevo coronavirus causa miedo en la población y las reacciones emocionales están a la orden del día. Sin embargo, no hay mayor peligro en el contexto de una pandemia, que la desinformación. Confía en la ciencia y no difundas noticias falsas.
留言